*Una tradición de 87 años en el Barrio de El Carmen de la ciudad de Puebla, donde una sinfonía de humo caliente emana de los platos y se expande elegantemente por el inmueble
Jaime López
Puebla, Pue.- El rábano y la lechuga que flotan sobre los granos de maíz lucen frescos, “antojables”. No hace falta ser una experta o un experto en el arte culinario para saber que ambos ingredientes tienen buena cara.
El tazón donde van servidos y mezclados con la carne y el caldo, parece un pequeño mar de proteínas listo para saciar los paladares más exigentes.
Detrás de su guiso hay una tradición de 87 años, lo que significa cuatro generaciones de sabor y una serie de virtudes que se agradecen como comensal: buena atención y sencillez, cortesía de la familia Cordero Sánchez.
La Pozolería Chapala asentada a unos metros del parque El Carmen, sobre la calle 16 de septiembre 1308 en el Centro Histórico de la Ciudad de Puebla, es una buena opción para saciar los apetitos propios del mes patrio.
Al ingresar, un olor exquisito que algunas voces llaman “apaga-antojos”. El babeo en la boca es incontenible. Visualmente, una sinfonía de humo caliente emana de los platos y se expande elegantemente por el inmueble. Es una postal perfecta, irresistible.
Algo que distingue el lugar es que el pozole no lleva muchos condimentos en su preparación, explica Karla, encargada. Además, los granos tienen tres etapas de cocimiento. El primero de ellos tiene lugar en la nixtamalización, el segundo cuando se prepara el caldo y uno más en el toque final de la receta.
Los estómagos más pequeños pueden quedar satisfechos con el plato de 45 pesos. Por el doble de ese precio, las y los más tragones ya no querrán ni cenar. Es un hecho.
Cada pedido es acompañado por tostadas, las cuales lucen bronceadas, pero sin caer en un exceso de grasa. Esto último será sumamente agradecido por los clientes que se consideran fit.
El orégano y el chile en polvo se sirven al gusto para que no haya reclamos. Lo mismo sucede con la sal y el limón. El corte de las rodajas de este último alimento es simétrico.
El pozole con más demanda es el de cabeza con maciza, pero también hay de pollo y otros platillos, por ejemplo, tacos.
Para quienes se excedieron con el chile, aguas frescas de distintos sabores, que van de los 25 a los 50 pesos. Un detalle muy coqueto es que se pueden combinar productos como tamarindo y piña. Una delicia en la garganta.
La pozolería Chapala es dueña de un ambiente cálido y tranquilo, en el que se puede escuchar un concierto de “cuchareos” y expresiones de satisfacción. Y es que barriga llena, corazón contento.